Por Saturnino Bartolon
Hablar de la migración es impopular. En la práctica el tema se ha convertido en un tabú en un México donde un progresismo fatuo, ridículo, mojigato y políticamente correcto, se ha convertido en la base del pensamiento único. Pero a diferencia de la clase política, los nacionalistas siempre hemos estado dispuestos a decir las cosas tal como son: sin tapujos ni ambajes.
Al menos para los chiapanecos, las cosas cada vez están peor. La realidad es que estamos abandonados, que se nos miente y que además se les miente a las personas que viven en el centro del país, a quienes se oculta la realidad actual. Simplemente aquí en Tapachula, el Centro de Atención Provisional de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) tuvo que abrir una nueva sede, tras haber atendido a cerca de 10,000 extranjeros en solo una semana.
En esta ciudad, la movilidad hacia la zona del mercado “Los Laureles” se había convertido en una encrucijada para quienes debíamos transitar por la zona, esto sin contar las constantes agresiones de los extranjeros contra los mexicanos y contra otros extranjeros, que frecuentemente son extorsionados por sus propios “compañeros”. Y si, esto lo digo porque realmente me sorprende como gente de diferentes idiomas y culturas se coaliga con tanta facilidad para delinquir. No cabe duda que el dinero es mejor aliciente que el multiculturalismo.
Según las autoridades, estas personas vienen a solicitar refugio porque en sus países de origen podría estar en riesgo su integridad física, lo cual solo es una verdad a medias, pues lo que buscan estas personas es llegar a los Estados Unidos y no a México. Su supuesto refugio siempre será temporal, pues no importa cuánto dinero de nuestros impuestos se regale a los extranjeros, la abrumadora mayoría buscará llegar a Tijuana, por ejemplo. Eso sí, no sin antes haber aprovechado la ingenuidad de un gobierno blando, que les permite hacer lo que se les pegue su gana, con nuestro dinero.
Acá en Tapachula, ya sabemos cómo se las gastan los pandilleros, los extorsionadores y los muchos advenedizos que llegan en las caravanas pero no así nuestros hermanos de Palenque ni mucho menos los que se encuentran en otras partes del país, que ya han probado el dolor del narco, de las ejecuciones, de la inseguridad pero también tendrán que enfrentar la crisis migratoria dentro de unos años, o meses.
Secundaría aquí lo que el fundador del Frente Nacionalista de México alguna vez dijo en un programa de televisión, acerca de la importancia de pensar tribalmente, como comunidad y como familia, antes que asumir ciegamente el discurso de la “caridad cristiana”, que en manos de Andrés Manuel se ha convertido en un instrumento para quitarle su sustento a los que si trabajan y dárselo a los que no lo hacen. Por lo menos, las aglomeraciones ahora estarán en otra parte de la ciudad gracias al cambio de sede pero esto no garantiza nada. ¿Qué sigue después? ¿Una comisión de refugiados en cada municipio de Chiapas? ¿Cuando van a parar este caos?
Resulta irónico, que la nueva sede de este centro de atención se ubique ahora en las antiguas bodegas de los productores de café, que en algún tiempo hizo del Soconusco una región tan próspera, que nuestros vecinos guatemaltecos estaban seguros de que tarde o temprano convencerían a sus autoridades de agregarse a México. Hoy, está importante región del estado de Chiapas se está convirtiendo en un conglomerado de guetos, donde reinan las maras y los pandilleros.
Me siento mexicano, chiapaneco y soconusca, pero quisiera ver un estado en el Soconusco, cuya población no comulga para nada con las ideas de izquierda, ni mucho menos con la apertura de fronteras.
Fuentes:
1. Oficina provisional de Comar en Tapachula atendió a 10 mil migrantes
