En vista de que el Presidente Andrés Manuel llama “conservadores” a los promotores del movimiento femi-anarquista, es absolutamente necesairo puntualizar lo siguiente.
1. La agenda feminista ha triunfado a nivel mundial. Sin embargo, la estrategia de los gobiernos es irla implementando poco a poco mediante cambios en las leyes. Como contraste, el anarcofeminismo pretende imponerla de golpe, de manera súbita y sin gradualismos. Pese a sus métodos violentos, los colectivos de mujeres no son entonces una fuerza anti-sistema sino una vertiente radicalizada de la sociedad actual.
2. Estos colectivos ya controlan ideológicamente a la sociedad gracias a las leyes de género, el sistema educativo y los medios masivos que adoctrinan a las masas. Bajo tales condiciones, el anarcofeminismo no utiliza la violencia para “conquistar” el poder o el estado sino para destruirlos. Aspiran entonces a vivir en una sociedad gobernada por los mismos anti-valores modernos que ya tenemos, pero sin la presencia del estado.
3. El anarcofeminismo imita a la izquierda en su retórica anti-capitalista y en sus métodos revolucionarios violentos. Sin embargo, sus reivindicaciones ponen los placeres, intereses y deseos de los individuos por encima de cualquier ideal colectivista o comunitario. En este sentido, el anarcofeminismo se acerca mucho más a ciertas formas extremas de individualismo liberal, lo cual podemos identificar fácilmente en sus consignas: “mi cuerpo, mi placer, mi decisión, mi vida, etc.”
4. La retórica feminista agrupa la cultura, la religión, el estado, la familia y todo aquello que conforma la civilización tradicional bajo el término despectivo de “patriarcado”. A través de la política y las leyes, estos colectivos han logrado erosionar la cultura tradicional y sus valores. Sin embargo, mientras sigan ahí los vestigios materiales de la civilización que odian, su obra destructiva estará incompleta. Es asi como justifican la quema de libros y los numerosos actos vandálicos contra el patrimonio histórico.
5. El grueso de las ONG’s, universidades, partidos e instituciones están totalmente de acuerdo con el modelo actual de sociedad aunque difieran en algunos detalles. Pese a la disputa electoral que separa al gobierno de la oposición, la agenda del feminismo es aceptada en mayor o menor medida por todos los actores políticos del sistema.
Más allá de las obsoletas clasificaciones de derecha es izquierda, es necesario identificar al sistema demoliberal como el verdadero enemigo de los pueblos.
