Cabe señalar que a diferencia de lo que ocurre en Europa o en iberoamérica dónde los nacionalistas, cómo la gran mayoría de los ciudadanos, estamos desarmados, en la ex Unión Soviética abundan las armas. Por ende, estos movimientos han constituido milicias en esa parte del mundo.
Según información disponible en internet, Pravyy Sektor surgió en el 2013 como una confederación de grupos urbanos descritos como ultraderechistas. Este calificativo no es exacto, ya que buena parte de los nacionalistas ucranianos son críticos frente al capitalismo. En esas fechas, el movimiento se coaligó en torno a Dmytro Yarosh, un nacionalista ucraniano que presidía una organización denominada Tridente, que oscilaba entre el ultranacionalismo y el europeísmo.
Cuando el gobierno de Viktor Yanukóvich se debatía entre una postura prorrusa y otra pro-occidental, arrastrando al país a una grave crisis qué desembocó en las protestas del Euromaidan, las fuerzas nacionalistas ucranianas cobraron notoriedad e importancia.
Sin embargo, tras la caída de ese presidente, los políticos pro-occidentales traicionaron a las fuerzas nacionalistas que habían mostrado un gran heroísmo en las calles. En esos tres años y hasta el 2015 los políticos del sistema en Ucrania hicieron todo lo posible para cooptar a Yarosh e integrar a los miembros de su movimiento en las Fuerzas Armadas de Ucrania o en algunos puestos menores para facilitar su disolución. Para preservar la integridad del nacionalismo ucraniano, Yarosh apostó por una solución intermedia: convertir a su movimiento en una fuerza política más institucional y menos revolucionaria. Sin embargo, su nuevo movimiento no cuajó. Una parte importante de Pravyy Sektor fue cooptada por los políticos del sistema y otro grupo decidió seguir con la actividad revolucionaria.
Una herencia de la Segunda Guerra Mundial
Cabe señalar que estás organizaciones son recientes pero invocan la herencia de movimientos más antiguos como el congreso de los nacionalistas ucranianos, qué de haber defendido una colaboración con la Alemania nacionalsocialista en la Segunda Guerra Mundial, transitó hacia un nacionalismo ucraniano más moderno y tolerante con las minorías étnicas judías y gitanas.
En aquel entonces, las milicias ucranianas no solo se destacaron por una postura antisoviética sino también por otra antipolaca. Miles de polacos fueron victimizados por ucranianos en la Segunda Guerra Mundial.
Otro movimiento nombrado en los medios es el de los Cuerpos Nacionales de Andriy Biletsky, que a diferencia de Pravyy Sektor, ha resultado favorecido por sus nexos con la política oficial y es percibido como ilegítimo. Su líder considera a Israel cómo un modelo a seguir para el futuro de Ucrania a la vez que considera su lucha como una lucha a favor de la raza blanca contra los “subhumanos”.
Sobra decir que este lenguaje “racista” es verborrea de la alt right y ha sido una retórica de infiltrados. los nacionalistas ucranianos verdaderos lo comprenden.
Otro movimiento trascendente, no tanto por lo grande de su membresía o por su influencia es la Asamblea Nacional Ucraniana, que destaca por su defensa del paneslavismo, un ideal que tras la caída de la Unión Soviética y la muerte del Papa Juan Pablo II había quedado en el olvido.
Svoboda, un partido político con una base más amplia que combina tendencias nacionalistas con otras más conservadoras y de derecha, es percibido como un movimiento más bien regional que defiende los intereses de la población católica ucraniana ubicada en la parte occidental del país, qué en tiempo pasado había estado ocupada por Polonia y por el Imperio Austríaco.
La liquidación de movimientos más radicales como el Partido Social Nacional de Ucrania (SNPU) son un reflejo de una tendencia de los líderes nacionalistas a desvincularse de ellos e incorporarse a la política oficial de la derecha.
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