Por Juan C. Lopez Lee
La gran finanza internacional ha obtenido una nueva concesión vergonzosa de parte del gobierno encabezado por Andrés Manuel Lopez Obrador y los progrsistas de Morena.
De acuerdo con el Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2019-2024 lo que se pretende es levantar la prohibición de algunas sustancias ilíticas en nuestro país.
Además, se busca canalizar recursos que ahora se emplean para frenar el trasiego de drogas a programas de desintoxicación para “reinsertar” a los adictos.
En poco tiempo surgirán quienes digan que esta legislación solo afecta a la marihuana. Sin embargo, debemos asumir que todo este proyecto es gradualista.
Pese a que el consumo de la marihuana es alentado por subculturas urbanas asociales, es iluso pensar que la referencia a programas de desintoxicacion y rehabilitacion hace referencia a esta planta.
En efecto, estos programas se refieren al consumo de drogas “duras” como el crack, las anfetaminas, los “poppers” o las “sales de baño” que propician daños significativos y reales al organismo.
Una retórica disfrazada, clara señal de la 4T
Faltaríamos a la verdad si dijéramos que México no tiene un problema de consumo. Sin embargo, el “negocio” esencial de las mafias del narcotráfico no es vender estupefacientes al mexicano.
Es decir, no interesaba sobremanera a las mafias hacer adictos a los connacionales una vez que el verdadero negocio delictivo se encuentra en en el envío de la mercancía a los Estados Unidos.
Esto es porque allá existe una poblacion de adictos increiblemente grande, con una red de abastecimiento sietematizada y con enorme poder adquisitivo.
Esta reformulación de la política anti drogas coincide con una política internacional que ya hemos visto en el campo de la ideología del género.
Se busca manipular la opinión pública, presentando vicios de toda clase como si se tratara de estilos de vida aceptables.
Además, coincidirán estas medidas con un endurecimiento de los controles fronterizos en Estados Unidos. De seguirse este proyecto, serán nuestros connacionales los principales receptores de la venta de estupefacientes.
Atrás quedaron las reivindicaciones patriotas que hicieron de Andrés Manuel una alternativa real en las elecciones del 2006.
Lo que ahora tenemos es unrégimen de naturaleza neoliberal, sustentado en el engaño y cuyo rumbo está siendo dictado por intereses oscuros, de origen extranjero.
Nuevamente, la llamada “Cuarta Transformación” nos muestra su verdadera cara.
Bajo la fachada de una retórica de izquierda, se busca implementar las mas draconianas medidas al servicio del capital transnacional.