Política

El linchamiento contra Pedro Salmerón

No es casualidad que el gobierno lopezobradorista busque premiar con cargos a sus aduladores en el medio cultural. Después de todo, el régimen también premió a Carlos Fuentes, a Carlos Monsiváis, a Elena Poniatowska y a Octavio Paz. Todas estas personas sirvieron fielmente a sus amos, los gobernantes del México posrevolucionario y ellos les retribuyeron como es debido.

En sintonía con sus ideas de izquierda jacobina y afín a los dogmas políticos de la historia oficialista, Pedro Salmerón ha sido un constante detractor de todo lo que huela a nacionalismo, identitarismo o socialismo nacional.

Sin embargo, son sus propios compañeros de izquierda y no las conspiraciones ultraderechistas de sus fantasías, quienes ahora piden su cabeza.

Leyendo entre líneas, el golpeteo contra Pedro Salmerón solo es la punta del iceberg, pues detrás se esconde al resentimiento de toda una gama de grupos morenistas que rechazan la designación de connotados líderes priistas como parte del servicio diplomático.

El rol de la oposición en este caso, ha sido bastante deplorable, pues lejos de rechazar la designación de Salmerón por su falta de méritos, los políticos de la derecha han renunciado a la batalla por las ideas para aliarse abiertamente a colectivos feministas y anarquistas en la campaña de linchamiento mediático contra Salmerón.

Las acusaciones de género como venganza política

El hecho de que ahora se estile emplear acusaciones de “acoso sexual” o “violencia de género” como estrategia para quitar del camino a cualquier personaje público varón no solo atenta contra la más elemental justicia sino que podría volcarse en los próximos meses contra la propia oposición, cuyos liderazgos masculinos podrían caer presa de acusaciones espurias de “acoso”.

Además, impacta indirectamente a la causa justa de todas aquellas mujeres que han luchado de forma legítima contra el acoso sexual y han sufrido en carne propia la discriminación, el machismo y las exclusiones motivadas que tanto han frenado la realización personal del sexo femenino en nuestra patria.

En efecto, los colectivos feministas son los culpables de que la opinión pública se vuelque contra las mujeres que denuncien genuinos casos de acoso sexual. Para tal efecto, muchas de estas denuncias podrían ser interpretadas por la colectividad como falsas o espurias debido al abuso de esta figura, de las acusaciones de género.

La inquisición feminista es la responsable de que nuevas formas de machismo estén surgiendo como respuesta al secuestro de nuestras instituciones por parte de sectores revanchistas que ahora pretenden sustituir su fracasada lucha de clases con una guerra entre sexos.

Pedro Salmerón, aquel intelectual marxistoide, gramsciano y jacobino que antes pedía la ilegalización de los movimientos nacionalistas ha caído víctima de sus propias ideas. Este personaje, tan interesado en que se prohibiera el revisionismo histórico en torno al holocausto, ahora es objeto de fuego amigo a cargo de sus propios compañeros.

Salmerón ha caído en el descrédito gracias a la misma podredumbre ideológica que él mismo ha promovido durante muchos años en los medios culturales e intelectuales.

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