Por Juan C. Lopez Lee @jclopezlee
En la década pasada, Rosario Robles promovió la despenalización del aborto en la CDMX, so pretexto de evitar las muertes de mujeres que abortaban de manera irregular, entre otras cosas. Sin embargo, los resultados distan mucho de ser, los esperados.
- Los abortos clandestinos siguen provocando mas del 10% de las muertes maternas solo en la CDMX.
- Durante la breve bonanza económica del 2006 y el 2007 (5 años después de que esta medida se aprobó) el índice de natalidad repuntó, dejando claro que es la situación económica el motor de la planificación familiar, y no la “opción” de abortar o de no hacerlo.
- A inicios del 2018, al menos 11,000 mujeres han solicitado mas de un aborto en la CDMX, lo cual destruye el argumento de que “el aborto alienta a la responsabilidad y a la conciencia sobre los derechos sexuales”.
- Las interrupciones del embarazo son mas solicitadas por preparatorianas, universitarias y mujeres sin hijos del ambiente urbano que por mujeres pobres y de familia numerosa, a las cuales se quería “empoderar” con esta reforma.
Lejos de plantear el tema como un asunto religioso, como hacen los conservadores en vías de una segura derrota, debemos decir lo siguiente:
Lo moralmente correcto es lo que favorece a la colectividad permitiendo que la naturaleza haga su trabajo para conservar la salud de la especie.
Todavía hace unos cincuenta años, un matrimonio podía procrear seis o siete hijos, de los cuales sobrevivían tres o cuatro, a lo mucho. Y no eran necesariamente los mas fuertes ni los mas sanos o los mas estéticos en apariencia, sino aquellos seres humanos que probaron ser aptos para la vida, pasando todas las pruebas posibles.
Fue gracias a esta callada lucha por la supervivencia que las generaciones del pasado aportaron hombres y mujeres con carácter y templanza, que sortearon toda clase de adversidades para hacer surgir a los grandes genios de la música, las artes, la arquitectura, los deportes, la milicia y la filosofía.
No es casualidad entonces que hoy tengamos sociedades menos heroicas, menos talentosas, mas comodinas, emocionalmente mas débiles y victimizadas por nuevas enfermedades.
Impedir por la fuerza y de manera masiva el nacimiento de seres humanos aptos para la vida, desactiva automáticamente los mecanismos naturales que evitan nuestra decadencia.
En efecto, el aborto representa un atentado contra un orden natural que otorga a la raza humana la posibilidad gratuita de mejorarse a si misma.
Esta no es una causa religiosa sino una lucha a favor de la soberanía nacional y del progreso común de la humanidad.
México prevalece