Por Juan C. López Lee
Es una vergüenza que a pesar de haber obtenido menos del 25% de los votos en las pasadas elecciones y que a pesar de haber entregado nuestro país a los extranjeros durante sus gobiernos, los políticos de la “opoficción” liberal y sus intelectuales como Denise Dresser, Cecilia Soto o Patricia Mercado ahora se envuelvan en la bandera nacional para exigir que nuestro gobierno “defienda” los intereses de México ante Donald Trump.
Cuáles son los intereses de México? Pues en primer lugar, la conservación de su pueblo, para lo cual es necesario en primer lugar garantizar su sustento, lo cual depende de que podamos crear las condiciones necesarias para que la gente tenga un trabajo bien remunerado, de lo cual se desprende la posibilidad de una alimentación balanceada y una vida decorosa. Si queremos palear el desempleo, necesitamos empresas, fábricas y lugares donde la gente pueda trabajar por un salario. Por ende, cerrar las puertas a los productos chinos a través de aranceles y controles en nuestros puertos y aduanas, servirá como catalizador para abrir nuevas fuentes de empleo. Además, evitar el ingreso del contrabando chino permitirá que empresas Estados Unidos abran plantas en nuestro país para compensar la necesidad de sustituir a los productos chinos en aquel país.
Así que no se trata de obedecer o someterse ante Donald Trump sino de hacer lo que es conveniente para los mexicanos y en este momento, lo que más conviene a México es cerrar las puertas a los productos chinos porque en este momento, la peor amenaza para nuestra soberanía viene de Asia y no de los Estados Unidos.
Si México evita la entrada de productos asiáticos y deja de ser un país consumidor de basura de plástico para convertirse en productor de bienes y prestador de servicio, habremos garantizado la independencia nacional con eficacia. De este modo, tendremos algo que poner en la mesa de negociación con los Estados Unidos.
Como nacionalistas, siempre hemos creído en un país autosuficiente económicamente. Por eso hemos demandado una y otra vez la salida de México de los organismos internacionales de libre comercio e incluso del TLCAN. Sin embargo, la posibilidad de hacer de México una nación autosuficiente depende en este momento de la continuidad del TLCAN y la consolidación del nearshoring como paso provisorio, pues si tenemos a nuestra población empleada en la producción, tarde o temprano podremos adquirir mucha más soberanía.
Los BRICS no son una opción para México en este momento. Después de todo, las naciones que integran ese bloque están muy lejos de nosotros. Además, con ellos solo seríamos una “potencia” consumidora, pues a diferencia de Brasil o la India, que se han esforzado por llenar sus naciones de plantas, fábricas y maquiladoras, México no tiene nada que ofrecer más que una población desempleada, orillada a comprar productos basura procedentes de China gracias a las ayudas sociales del gobierno.
México debe empatar sus intereses con los Estados Unidos. México tiene que alcanzar la unidad en torno a un proyecto que convierta a nuestra patria en una nación de productores y no de consumidores.
Hagamos grande a México!